MARCO SE VA DE CRUCERO

Acabamos de regresar de un crucero de dos días por Halong. Esta impresionante y misteriosa bahía es patrimonio de la humanidad y la forman más de 3.000 islas que surgen de las aguas esmeralda del golfo de Tonkin. Llovía cuando cogimos el bus que nos llevaba a Halong y nada más subir vimos las caras de 4 solteros que esperaban una noche de sexo y rock and roll. En su lugar estábamos Rosa, Vicent, Lu y nosotros. Empezamos a partirnos de la risa al ver sus caras de incredulidad y de espanto, estaban atrapados en un crucero con NIÑOS!. Y eso que aún faltaban por subir Pilar, Angeles, Doan, Max, Ana y Llum. En total 4 bebes para un crucero al puro estilo “vacaciones en el mar”. Y de nuevo comenzamos la barra libre de biberones , cambios de pañal a gogó, lloros, mocos. Aquellos estaban a punto de bajarse del bus y buscar la opción que más les pegaba: Karaoke y massage!

Finalmente y despúes de 3 horas y picos de autobús llegamos al puerto. Parecíamos sherpas; los carros, las garrafas de agua para los biberones, las cañas para los papas y mamas, maletas, etc. Nos mirábamos pensando dónde nos habíamos metido con los niños y además había que bajar miles de escaleras con los carros para coger la barquita que nos iba a llevar a nuestro barco, una espectacular réplica de los tradicionales barcos chinos. La bahía se mostraba misteriosa con la niebla y la llovizna y es imposible describir solo con palabras esta maravilla de la naturaleza.

Por la tarde fuimos a ver una de las cuevas que la lluvia y el viento forman en los islotes. Esta cueva es un homenaje a uno de los personajes más conocidos y venerados en Vietnam, Tran Hung Da, héroe nacional que derrotó en estas aguas al ejército chino tras mil años de dominación.

Cayó la noche y la paz y el silencio se apoderaron de la majestuosa bahía de Halong, mientras nosotros disfrutábamos con nuestros hijos del maravilloso paisaje.

En Vietnam siempre hay una leyenda para cada lugar especial y según cuentan esta bahía fue creada por la cola de un dragón que iba camino a la costa. Finalmente cuando se sumergió en el mar se inundó toda la zona y solo quedaron visibles las imponentes cumbres de los islotes.

Dormimos plácidamente y al amanecer aparecieron de nuevo ante nosotros una inmensidad de islotes de color verde intenso. Fuimos en barca a pasear por una de las playas de Halong y después en cubierta disfrutamos con Marco Hoang de las bellas vistas de esta impresionante bahía y de un precioso recorrido por los pueblos de pescadores.

Ha sido una experiencia preciosa viajar con nuestro pequeño tesoro y descubrir  una de las bellezas de su país de origen. Además Marco ha disfrutado muchísimo estos días con todos nosotros y con las otras tres preciosidades de Vietnam;  Doan, Llum y Lu. Nos ha resultado muy sencillo viajar con los niños y  ya estamos planeando con los amigos de aquí la próxima salida juntos a alguna casa rural esta vez en tierras valencianas.